29 ago 2015

Epistolario personal de Santa Ángela de la Cruz - 04


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UN REGALO PARA 
EL DOS DE AGOSTO

1. Conocer la pasión dominante.− 2. Medios para conocerla.− 3. En el conocimiento propio está la solidez espiritual.

Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo
1 julio 1912

Mis muy queridas hijas en Dios nuestro Señor:
Esta la escribo para despedirme de Sus Caridades hasta que pase el 2 de agosto, porque tengo que ocuparme de las otras casas.

1. Como todas desean obsequiarme para ese día, les voy a decir cómo han de preparar el regalo y el de más gusto para mí. Y es, en la linda batea del conocimiento propio poner vuestra manera de ser y desprenderse de ella tan completamente que nunca más vuelvan a tomarla; si no hacer un cambio: a mí me regalan la suya para yo presentársela a nuestro Señor, y Sus Caridades toman la del Instituto.
Y pueden preparar este regalo estudiando en la presencia de Dios cuál es su pasión dominante, porque ésta es la que sostiene nuestra manera de ser. Y les será muy fácil conocerla por las faltas diarias y frecuentes, por el testimonio de su conciencia que les dirá: Esas faltas nacen del árbol de esa pasión que ha echado raíces en tu interior.
Si de veras queremos conocer la pasión que nos domina y se lo pedimos a Dios, la conoceremos con la ayuda de su gracia, y entonces nuestra enmienda sería positiva. Porque lo que nos suele pasar es que no sabemos cuál es la pasión dominante y no destruimos el mayor de nuestros enemigos; nos vamos a los otros y se nos queda ése sin tocarlo en nuestros propósitos. O más bien dicho, en los Ejercicios y días de retiro cortamos ramas, pero dejamos el tronco y muy pronto vuelven a retoñar las malas hierbas.
Cuando demos con ese enemigo tenemos que tener mucho cuidado, porque es como los gatos, se ha aficionado tanto a nosotras que lo echamos por una puerta y se entra por otra. Y deben estar muy avisadas para no darle entrada, aunque venga disfrazado tomando distintas formas; pero nacen de lo mismo, de las faltas de la pasión dominante.

2. Si como espero de la que les escribí después de mi enfermedad, se han afirmado más en su vocación, se han unido más a su Instituto, a las Superioras y Hermanas: no queriendo otro alimento para su alma que el que le condimenta la santa Regla; ni otra savia para crecer en las virtudes, que como flores espirituales se esparza su aroma en toda la Compañía, que la savia de la humillación como el más bello distintivo de la Hermana de la Cruz. Si no queremos más que eso y hemos sacado ese fruto de aquella carta, entonces no hay duda podrán presentarme el regalo.
Pues la que tiene verdadera vocación, además de los medios que les he indicado tiene otros medios muy eficaces para conocer su pasión dominante, como es: la caridad espiritual, que las Hermanas nos conocen más que nosotras mismas; las amonestaciones y advertencias de la Superiora, de las que están de mayor en los oficios; hasta las quejas de los seglares y las alabanzas nos sirven para conocernos. Y cuando se tiene vocación, como lo que se desea es perfeccionarse, de estos medios que hay en la religión se aprovechan para ponerlos en práctica.

3. Para consuelo de Sus Caridades les digo, que no está tanto la perfección en no cometer faltas como en conocerlas. Porque está tan unida nuestra naturaleza al espíritu y somos tan débiles, aunque practiquemos la virtud con gusto; pero como todas tienen distintas manifestaciones, cuando no es una cosa faltamos a otra, que por eso se suele decir : «No hay virtud sin defecto»; y no es que está en la virtud sino en quienes la practican. Pero si al cometer la falta la reconoce y la repara, se dice es un alma sólida. Pero si no la conoce y se justifica, y quiere que aquel defecto pase por virtud, se dice es un alma buena, pero no tiene solidez porque no se conoce y no repara las faltas.
Está probado que sólo en el conocimiento propio está el adelanto en la vida espiritual.
Mucho las quiere y bendice en los Sagrados Corazones, vuestra pobre Madre


Sor Ángela